La agricultura hoy en día en Chile, se caracteriza por ser intensiva, es decir con enfoque en maximizar la producción, a través de monocultivos.
Si bien estos son eficientes en cuanto a producir una gran cantidad de frutos en el corto plazo, no lo son en el largo plazo y generan una gran cantidad de externalidades negativas como:
- Sobre-explotación del suelo
- Deforestación nativa
- Sobre-consumo de agua
- Disminución de la macrofauna (insectos) y hongos benéficos
- Disminución de la biodiversidad
- Altas emisiones de CO2
Entre muchos otros problemas que en su suma aportan a aumentar la desertificación y escasez hídrica.